Hernias
En primer lugar decir que las hernias no son tan terribles como se cree. Entre unas vértebras y otras hay discos intervertebrales de aspecto esponjoso. Una hernia es un pequeño desplazamiento hacia atrás de ese disco, el cual origina una fuerte respuesta inflamatoria del cuerpo. Esa inflamación, y no la hernia en sí, es la que ocasiona dolor, problemas de movilidad y, en ocasiones, entumecimiento, hormigueo o adormecimiento en los miembros superiores o inferiores.
La buena noticia es que, por lo general, el cuerpo es capaz de reabsorber esta inflamación por sí mismo, por lo que no tenemos más que acompañar el proceso y tratar los síntomas que se vayan produciendo hasta la desaparición de la hernia. Es cierto que, en ocasiones, las hernias son más graves y puede ser necesaria la cirugía, pero el porcentaje es bajo.
Una protusión sería el paso previo a la hernia, pero el que exista una protusión no implica la aparición de una hernia. Por lo tanto, si no debemos temer las hernias, mucho menos tenemos que temer las protusiones.